¿Cómo cuidar tus suculentas y no morir junto con ellas?
La verdad es que no somos ingenieros agrónomos ni estudiamos Biología. Somos una mamá y un hijo que desde pequeños vibramos muy de cerca con las plantas y hemos aprendido a comprenderlas. Nuestra meta es que cuando termines de leer este artículo, identifiques algunas cosas que te quieren decir las plantas y no les estás entendiendo.
Para Eukaria las suculentas son ese tipo de plantas que le coges el tiro y vas a querer tener mil variedades regadas por toda tu casa. Estas son famosas por ser muy decorativas y fáciles de mantener. Sin embargo, es muy repetitivo para nosotros escuchar “a mí todas se me mueren”. Así que, a continuación, te daremos los 3 tips que debes tener en cuenta para que las suculentas sean tus mejores amigas y se vean siempre muy bien.
Cantidad de agua o frecuencia de riego
Si lo has notado las suculentas tienen unas hojas gorditas, lo cual es una propiedad que tiene la familia de las crasas (carnosas) para retener el agua y la humedad del ambiente, lo que les permite aguantar más tiempo sin riego. Es por esto que nosotros siempre recomendamos pecar por poco riego, que por inundarlas, pues en este caso el exceso se vuelve letal para ellas.
Riégalas con agua suficiente como para hidratar toda la tierra, cada 5-8 días en condiciones normales y cada 10-15 en lugares con mucha humedad. Si ves que las hojas o los tallos se empiezan a poner blanditos, te están queriendo gritar: ¡No me eches más agua y ponme al sol! Aquí nuestro mejor consejo es que las riegues cada que la tierra vuelva a estar seca por completo. |
¿Interior o sol?
Nos encanta decir que las plantas no son murciélagos, y es verdad, ellas necesitan iluminación para hacer fotosíntesis como nos lo enseñaron en el colegio. A menudo nos piden maticas para adornar baños, pero tengan en cuenta que lo mínimo que necesita una planta es un lugar iluminado y que reciba circulación de aire.
Es claro que pueden estar en interiores, así como también expuestas al sol, pero siempre asegúrate que reciban algo de luz natural. Lo que más nos funciona en nuestra oficina, es que todos los viernes, antes de irnos a descansar, las regamos y las dejamos en una ventana donde les da el sol naciente (de las mañanas), y el lunes que regresamos las recogemos para ir a decorar nuestro escritorio. Así estuvieron todo el fin de semana recargándose de buena energía. Es muy común que nos digan “está súper linda, creciendo rapidísimo”. En caso de que esté poniéndose alargada, no creas que está muy bien, por el contrario está buscando desesperadamente la luz. |
Otro síntoma de que no está recibiendo la cantidad necesaria, es cuando empiezan a perder color, sobre todo en aquellas variedades que tienen tonalidades más fuertes.
(Ver terrarios para interiores)
¿El suelo o la tierrita?
Las suculentas son bastante agradecidas, incluso muchas veces verás que empiezan a echar raíz de las hojas o puestas sobre cualquier lugar (te invitamos a hacer el experimento). Lo único que debes tener en cuenta es que debe ser un sustrato equilibrado que permita tener un buen drenaje, que no se encharque mucho cuando la riegas y no se compacte mucho para que las raíces puedan crecer. Una buena opción sería una mezcla de tierra, arena gruesa y otro componente orgánico como turba de coco, humus de lombriz o cáscara de arroz.
Por último, solo queremos que les quede la clave de aprendizaje: miren sus plantas, analicen sus cambios, piensen qué es lo que podría estarlas haciendo variar, denle una movidita de vez en cuando e identifiquen qué es lo que les sienta mejor. ¡Ellas te lo agradecerán!